Bicicletas por toda la ciudad, barcos deslizándose por los canales, tulipanes de vivos colores junto a los emblemáticos molinos de viento y casas pintorescas a lo largo del río... Ámsterdam enamora con su atmósfera única y garantiza recuerdos inolvidables. Explore el Museo Van Gogh, el Rijksmuseum, la Casa de Ana Frank y las numerosas galerías que exhiben sorprendentes obras de arte e historias fascinantes. Pero es en las calles estrechas y en los paseos en barco por los canales donde se descubren los verdaderos tesoros.
Ámsterdam es cautivadora en cualquier época del año. El agradable clima primaveral invita a explorar los campos de tulipanes y la ciudad en bicicleta. En verano, los días soleados vienen llenos de festivales al aire libre, ambiente animado en los jardines y una intensa vida nocturna. El otoño tiñe la ciudad de tonos dorados y es ideal para disfrutar de tranquilos paseos y visitas a museos. En invierno, las luces festivas y los mercados navideños crean una atmósfera mágica.
El aeropuerto de Schiphol, a solo 15 km del centro, recibe vuelos directos desde varias ciudades del mundo. Si sale desde algún país de Europa, puede optar por viajar a Ámsterdam en autobús o en tren de alta velocidad, según su origen. Una vez en la ciudad, aproveche para recorrer la capital de los Países Bajos en bicicleta y disfrutar de una experiencia fantástica.
La cocina de Ámsterdam es una deliciosa mezcla de tradiciones holandesas e influencias internacionales. Entre los platos más famosos destacan el stamppot, un puré de patatas con verduras, y las Bitterballen, uno de los platos salados más típicos de Países Bajos. Pruebe también el tradicional arenque crudo servido con cebolla y pepinillos. Para los amantes de los dulces, el stroopwafel es imprescindible: un wafer con caramelo. Y no olvide probar las patatas fritas con mayonesa.
Los canales de Ámsterdam, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, invitan a dar paseos en barco para disfrutar de la belleza arquitectónica de los edificios y los mercados de flores flotantes. Visite el magnífico Rijksmuseum, con obras de Rembrandt, y el Museo Van Gogh, que celebra la vida del famoso pintor. Por último, no se pierda la Casa de Ana Frank, que cuenta la conmovedora historia de esta joven durante la Segunda Guerra Mundial.
El campo de flores más grande del mundo, Keukenhof, se encuentra a solo una hora de Ámsterdam. Con millones de tulipanes, narcisos y jacintos, el parque se transforma en un mar de vivos colores durante la primavera. Aquí también encontrará varias exposiciones que celebran la cultura de los Países Bajos. Este es, sin duda, uno de los lugares que no se puede perder durante su viaje.
