Una ciudad rica en tradiciones, con siglos de historia, donde lo pintoresco se mezcla con la modernidad y la innovación. Siempre ha sido una de las ciudades más importantes de Portugal y su centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Bañada por el Duero, conocida por su vino y famosa por su patrimonio y gastronomía, Oporto merece sin duda su visita.
Como los inviernos suelen ser lluviosos, las estaciones restantes son las mejores para explorar Oporto. Puede contar con temperaturas suaves, y de mayo a octubre siempre brilla el sol.
El medio más sencillo para viajar a Oporto es el avión, llegando al aeropuerto Francisco Sá Carneiro. También puede llegar a la ciudad en tren, ya que la estación de Campanhã tiene conexiones con varios destinos del país y del exterior. En cambio, si viene en coche, probablemente llegará a Oporto por la autopista A1.
La gastronomía de Oporto es un espejo de su riqueza cultural, acompañada de los excelentes vinos de la región. Los famosos callos a la portuguesa, el bacalhau à Gomes de Sá y, por supuesto, la francesinha se encuentran entre los platos típicos de Oporto. Pero lo tradicional no limita la cocina de Oporto, ya que la ciudad cuenta con chefs y restaurantes de gran calidad que la sitúan a la vanguardia de la cocina moderna.
El centro histórico de Oporto es una obra maestra de la creatividad. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996 por su importante valor universal. Lugar de gran valor estético, presenta un tejido urbano y numerosos edificios históricos que merecen toda la atención de sus visitantes.
Ejemplos de ello son la Ribeira do Porto, una de las zonas pintorescas de la ciudad, la Torre dos Clérigos, la preciosa estación de São Bento, con sus magníficos paneles de azulejos, o la Sé de Oporto. Todos ellos, lugares imprescindibles de la ciudad “Invicta”.
